lunes, 2 de diciembre de 2013

la navidad

"la navidad "









La Iglesia en su misión de ir por el mundo llevando la Buena Nueva ha querido dedicar un tiempo a profundizar, contemplar y asimilar el Misterio de la Encarnación del Hijo de Dios; a este tiempo lo conocemos como Navidad. Cerca de la antigua fiesta judía de las luces y buscando dar un sentido cristiano a las celebraciones paganas del solsticio de invierno, la Iglesia aprovechó el momento para celebrar la Navidad.
En este tiempo los cristianos por medio del Adviento se preparan para recibir a Cristo,"luz del mundo" (Jn 8, 12) en sus almas, rectificando sus vidas y renovando el compromiso de seguirlo. Durante el Tiempo de Navidad al igual que en el Triduo Pascual de la semana Santa celebramos la redención del hombre gracias a la presencia y entrega de Dios; pero a diferencia del Triduo Pascual en el que recordamos la pasión y muerte del Salvador, en la Navidad recordamos que Dios se hizo hombre y habitó entre nosotros.
Así como el sol despeja las tinieblas durante el alba, la presencia de Cristo irrumpe en las tinieblas del pecado, el mundo, el demonio y de la carne para mostrarnos el camino a seguir. Con su luz nos muestra la verdad de nuestra existencia. Cristo mismo es la vida que renueva la naturaleza caída del hombre y de la naturaleza. La Navidad celebra esa presencia renovadora de Cristo que viene a salvar al mundo.
La Iglesia en su papel de madre y maestra por medio de una serie de fiestas busca concientizar al hombre de este hecho tan importante para la salvación de sus hijos. Por ello, es necesario que todos los feligreses vivamos con recto sentido la riqueza de la vivencia real y profunda de la Navidad.
Por último, es necesario recordar que durante la Navidad celebramos en tres días consecutivos, 26, 27 y 28 de diciembre, tres fiestas que nos hacen presente la entrega total al Señor :
San Esteban, mártir que representa a aquellos que murieron por Cristo voluntariamente.
San Juan Evangelista, que representa aquellos que estuvieron dispuestos a morir por Cristo pero no los mataron. San Juan fue el único Apóstol que se arriesgó a estar con La Virgen al pie de la cruz.
Los Santos Inocentes que representan a aquellos que murieron por Cristo sin saberlo. 





En el tema principal desarrollado por la liturgia de Navidad encontramos los elementos básicos de la teología y de la pastoral de la fiesta. La Navidad no es sólo un recuerdo de un suceso histórico. Constantemente la liturgia subraya que el hecho del nacimiento de Jesucristo está ordenado a la Redención, a la Pascua, a la Parusía. Según la terminología de los antiguos, la Navidad es una mcmoria (misterio), cuyo centro es la muerte y resurrección de Jesucristo, siempre presente y operante, como alma de toda celebración litúrgica.
Alrededor de la liturgia de Navidad se ha formado, en el decurso de los siglos, una serie de costumbres folklóricas que han contribuido a crear un ambiente festivo en la intimidad de las familias y en las calles de aldeas y ciudades. Ya en el Siglo V se compusieron cantos populares sobre el misterio de la Encarnación, inspirados en la teología y la liturgia de Navidad. Cuando, en el siglo XIII, San Francisco de Asís y sus discípulos propagan la devota práctica de construir "belenes" en las iglesias y en las casas, se extienden los villancicos de Navidad, caracterizados por el tono sensible e ingenuo de sus letras y de sus melodías que se refieren preferentemente a los sentimientos de la Virgen y de los pastores ante la pobreza que Dios ha escogido al tomar un cuerpo humano.
Como para expresar visiblemente el significado de la "iluminación" obtenida por el nacimiento de Jesucristo, desde antiguo se introdujo el hábito de encender fuegos durante la noche de Navidad, reemplazando tradiciones precristianas. El alumbrado extraordinario de los lugares públicos durante el tiempo de Navidad se ha inspirado en esos usos.
Desde el siglo XVI, en los países nórdicos, se empiezan a reunir en torno a un árbol -el árbol de Navidad-, signo de la gracia alcanzada por la Encarnación y por la muerte en el árbol de la cruz de Jesucristo, en contraposición del pecado que se originó en el árbol del paraíso.
También, se destinó para el día de Navidad la práctica de cambiarse regalos y felicitaciones; práctica sugerida por la que existía en Roma el día primero del año, llamada estrenas. Al principio, se simbolizaba que era el niño Jesús quien ofrecía los regalos; y más adelante, serían los Reyes Magos quienes distribuyen los dones, y no tanto por Navidad cómo por la Epifanía, en que se conmemora el hecho de la entrega de sus obsequios a Jesucristo.
Por último, durante la octava de Navidad se celebran las "memorias" de los Santos Esteban, Juan Evangelista e Inocentes, como las más antiguas, a las que Oriente añadía la de los Santos Pedro y Pablo.
Tradiciones y Costumbres
Las tradiciones y costumbres son una manera de hacer presente lo que ocurrió o lo que se acostumbraba hacer en tiempos pasados. Son los hechos u obras que se transmiten de una generación a otra de forma oral o escrita. La palabra tradición viene del latín "traditio" que viene del verbo "tradere" que significa entregar. Se podría decir que tradición es lo que nuestros antepasados nos han entregado.
En el caso de la Navidad, lo más importante de las tradiciones y costumbres no es sólo el aspecto exterior sino su significado interior. Se debe conocer por qué y para qué se llevan a cabo las tradiciones y costumbres para así poder vivirlas intensamente. Este es un modo de evangelizar. 

Existen muchas tradiciones y costumbres tanto del Adviento como de la Navidad, las cuales nos ayudan a vivir el espíritu navideño; sin embargo, debemos recordar que este espíritu se encuentra en la meditación del misterio que se celebra.
El calendario
Al fijarse esta fecha, quedaron también fijadas la de la Circuncisión y de la Presentación; la de la Expectación y, quizás, la de la Anunciación de la Santísima Virgen María; también la del Nacimiento y Concepción del Bautista. Hasta el siglo décimo la Navidad era considerada, en los documentos pontificios, el inicio del año eclesiástico, como se sigue haciendo en las Bulas; Bonifacio VIII (1294-1303) restauró temporalmente esta costumbre, la cual Alemania sostuvo durante algún tiempo más.
Las tres Misas
Las tres misas que señalan para esta fecha el Misal de Gelasio y el Gregoriano, y éstas con un martirologio especial y sublime, y con la dispensa, si fuera necesaria, de la abstinencia, todavía hoy son guardadas. Si bien Roma señala sólo tres Misas para la Navidad, Ildefonso, un Obispo español en el 845, alude a una triple Misa en Navidad: Pascua, Pentecostés, y la Transfiguración. Estas Misas, de medianoche, al alba, e in die, están místicamente relacionadas con la distribución judía y cristiana, o al triple "nacimiento" de Cristo: en la Eternidad, en el Tiempo, y en el Alma. Los colores litúrgicos variaban: negro, blanco, rojo; y el Gloria era sólo entonado al principio de la primera Misa de ese día.
Los pesebres, Belenes o Nacimientos
En el año 1223 San Francisco de Asís dio origen a los pesebres o nacimientos que actualmente conocemos, popularizando entre los laicos una costumbre que hasta ese momento era del clero, haciéndola extra-litúrgica y popular. La presencia del buey y del burro se debe a una errónea interpretación de Isaías 1, 3 y de Habacuc 3, 2 (versión "Itala"), aunque aparecen en el magnífico "Pesebre" del siglo cuarto, descubierto en las catacumbas de San Sebastián en el año 1877.


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